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sábado, 20 de noviembre de 2010

"No para muchos, sino para machos"

Por Isabel María Marín Pérez (Colombia)

Son las 11:30 PM y el Absalom Club se viste de brillo y color para ser epicentro del tan esperado evento “El Reinado del Sol”. A este asiste la multitud que de alguna forma se identifica o apoya a un estilo de vida que, paradójicamente en Colombia, despierta más indiferencias y rechazo que beneplácito y aceptación. Sin embargo en esta noche el principal protagonista es la fantasía que invade cada rincón de este recinto cuyo nombre hace referencia a aquel hermoso príncipe que ambicionó la corona de su padre.

La pasarela está adornada, tal como ocurre en Cartagena en el Reinado miss Colombia, conservando muchas similitudes, por ejemplo sus luces que chocan de extremo a extremo, un número considerable de aspirantes que desfilan en busca del principal cetro, un público y por supuesto, un jurado calificador. No obstante, cuando se habla de un reinado de belleza, por lo general se hace referencia a representaciones del sexo femenino y esa es otra similitud que se puede encontrar, pues como afirma Lorna Cuellar, una de las más famosas esteticistas transgenerista, “se califica la belleza en sí, es decir la candidata más femenina de todas”.

Algunos de los sucesos que antecedieron a esta manifestación de arte es la problemática del rechazo. En Colombia es innegable la alta tasa de homofobia, esta deducción surge de una encuesta que reveló que el 65% de los encuestados no está de acuerdo con la legitimación del grupo de Lesbianas, Gays Bisexuales y Transexuales (LGBT). Esta estadística fue realizada a más de 13 mil habitantes de Bogotá entre octubre y diciembre del año 2009 a través del observatorio de culturas de la secretaria de cultura, recreación y deporte.

Pese a que las cifras no alientan el desarrollo de esta comunidad, es un esfuerzo para personas como Diana, una transgenerista que se encuentra en el Absalom Club, comenta que trabaja en la defensa de aquellas mujeres consumadas en el oficio de la prostitución, a través de una ONG denominada –Corporación Opción Por El Derecho a Ser y El Deber de Hacer- que tiene un papel decisivo en el proceso de formalización y promoción a favor de los derechos de la comunidad LGBT.

Diana afirma, que las entidades que han trabajado con ellos no han cumplido cabalmente con las expectativas. “las entidades que hacían proyectos con nosotros no eran las más idóneas porqué no dejaban ningún producto ni beneficio para la población, y en determinado momento formamos parte del movimiento Polo Rosa, que pertenece al Partido Político, Polo Democrático Alternativo, pero después no consideramos que ellos abordaban nuestras necesidades y problemáticas, por ello optamos por formar nosotras mismas nuestra propia agenda y metodología que busque defender los derechos de las personas en ejercicio de la prostitución, actividades conexas, y población transgenerista de Bogotá.”, asegura la dirigente.

Sin embargo insiste en que la diferencia que hay en materia de aceptación entre Colombia, los países europeos y los Estados Unidos es abismal puesto que en esas regiones ya hay un reconocimiento a la comunidad LGBT. Incluso en Latinoamérica, Argentina es el país que, tras la modificación del Código Civil el 15 de julio de 2010, permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, otorgándoles así el derecho de adoptar conjuntamente, con los mismos requisitos que ya existían para los matrimonios entre personas de distinto sexo. En Colombia, la única Ciudad que tiene una política pública para personas lesbianas, gay, bisexual y transgenerista es Bogotá donde la alcaldía crea las normas y leyes, y a su vez genera incentivos para que se siembre el germen de la formalidad en otras ciudades del país.

Como lo dice el Psicólogo Leonardo Garzón: “la homofobia empieza en el hogar, pues en la mayoría de estas, los padres hacen más que evidente su rechazo a la homosexualidad” este fue el caso de Camilo Arenas, un joven de 20 años que forma parte del grupo de aspirantes a la corona del Reinado del Sol y que a su corta edad ya ha vivido en carne propia la indiferencia por parte de su familia debido a su condición homosexual.

-SU HISTORIA-

Desde muy niño, Camilo Arenas comenzó a cambiar muñecos y carros por muñecas y maquillaje. En la etapa de desarrollo donde los adolescentes empiezan a experimentar los deseos sexuales y los cambios hormonales, Camilo, en vez de pensar en mujeres, tetas y culos; pensaba en hombres y sentía la necesidad de satisfacer sus pensamientos sexuales y vivenciales únicamente con su mismo sexo.

Su familia, una de esas con doctrinas religiosas muy fuertes y radicales, con costumbres conservadoras, se vio desboronada, cuando Camilo, único hijo varón decide “salir del closet”, y enfrentar su verdadera condición sexual, este es quizás el paso más difícil que tuvo que dar este joven en su camino hacia la identificación pública. Lo que nunca imaginó, era que una serie de eventos desafortunados debido a la incomprensión de sus padres, lo llevarían a rodearse de malas amistades que lo incitaron a irse de la casa, prostituirse, consumir drogas, dejar el estudio, y vagar en el mundo de los desocupados

La misma intolerancia, hizo que la cara de inocencia de Camilo empezara a experimentar una serie de circunstancias que el mismo modo de vida gay exige superar, tales como; la envidia, los insultos, el miedo de pensar que se puede contraer una enfermedad venérea cuando no hubo protección, una lucha por un territorio donde los clientes son el trofeo, los cuales preferían en su mayoría a Camilo pues sus bellas facciones eran difíciles de ignorar, la envidia en definitiva el arma más letal. Sus dueñas, las veteranas patronas del lugar, quienes no eran más que hombres totalmente transformados con pechos inyectados con aceite de motor, sus glúteos voluminosos, y unos rostros marcados por el trajín de una vida dura.

Pero así como Camilo, otras personas logran desahogarse y sacar a relucir sus emociones a la luz, en eventos como el gran “Reinado del Sol”, por eso y luego de algunos antecedentes regresamos al escenario, en el cual se harán realidad las fantasías de muchos.

Al pasar de la media noche Absalón Club se encuentra abarrotado, entre los asistentes hay de todo, desde transformistas, lesbianas, gays y travestis, hasta personajes de la escena pública, el único invitado indeseable es el rechazo. Entre los asistentes se encuentra Andrés Felipe Villamizar, Representante de la Cámara, quien expresó su apoyo a la comunidad LGBT y de paso aprovechó para lanzar una crítica al ex presidente Uribe. “La comunidad LGBT es parte de la comunidad y El Partido Liberal apoya la libertad a diferencia de otros como el presidente Uribe quien tiene actitudes homofóbicas”, asegura el Representante.

Y aquí aparece Camilo que juega en esta ocasión a ser mujer, clava su joven mirada en el reflejo de su propio yo y estando ahí desliza una suave espuma sobre sus pómulos, donde su rostro se irradia con un incontenible brillo, debido a su maquillaje escarchado que se reparte entre sus ojos y muy definidos labios, sus rubias extensiones que terminan en sus caderas esconden su cabello corto masculino. En cambio de sus usuales conver´s sus pies están adornados por unos tacones de cristal de 15 centímetros, que combinan con el color de sus uñas y la emoción del momento, un rojo pasión. Esta es su noche, su gran noche. En el camerino no resuena Camilo como nombre, porque Camilo no está presente, en esta fantasía hecha fiesta es reconocida como Adelmeira de la Cruz, Miss Puerto Rico, una reina que vive su cuento de hadas.

No obstante la ganadora es Vanessa, segunda de siete hijos de una familia que, según ella, ya aprendió a aceptarla como es. Afirma que la parte más difícil de la competencia es el desfile en traje de baño, pero coincide con Adelmeira de la Cruz en que al estar allá arriba desfilando sentía la más grande excitación al saber que muchos estaban ahí aclamándolas.

El segundo lugar es para Valeria, visiblemente emocionada nos dice lo siguiente:
“ser travesti no es para muchos, sino para machos. Mi madre es una travesti porque me llevó al destape. No somos maricas, somos homosexuales y somos más susceptibles que los demás cuando nos ofenden”.

Después de todo, son muchas las realidades sociales en cada época, y el movimiento LGBT, busca simplemente la integración normalizada en el orden social, en términos de la filosofa Beatriz Preciado, ese orden social es una enrome maquina de subjetividades y una piedrita lanzada a los engranajes del dispositivo de sexo/género que desencaja la maquinaria y produce nuevas líneas de fuga y de resistencia.

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